El miedo es una reacción emocional, un mecanismo primario que actúa ante lo que uno considera peligro, pero ¿y si la percepción de peligro proviene de ti, de tu propio pensamiento, de la idea persistente de que vas a hacerte daño o a hacer daño a otra persona?
Vamos a hablar de miedos, el miedo a ser nosotros mismos.
Miedo a qué dirán los demás.
Atender a los demás y adaptarse a cada situación compartida, puede significar sensibilidad, flexibilidad y empatía, pero si el foco en los demás está en modo «alerta», condiciona y determina nuestras emociones, nuestra conducta y pensamientos, y se convierte en un mecanismo difícil de controlar y que nos obsesiona, estamos ante un problema: el miedo al qué dirán los demás.
Contentar siempre al otro es no contentar a nadie
Sacrificarse siempre por los demás es una doble pérdida. Por un lado, nos perdemos a nosotros mismos, porque tratamos a nuestro propio cuerpo como si fuese una máquina que debe trabajar hasta romperse, y por el otro, perdemos la capacidad de decidir si queremos actuar y cómo queremos hacerlo; simplemente, nos vemos obligados a optar siempre por la opción que aparentemente beneficia más al otro, aunque luego intentemos maquillar la situación inventándonos supuestas ventajas para nosotros.
Y es que a la larga apostarlo todo a la necesidad de satisfacer al resto consiste en crearse una imagen falsa de las expectativas que los demás depositan en nosotros para, a partir de nuestros actos, hacer que esas expectativas se conviertan en realidad poco a poco.
En consecuencia, quien actúa como si se sintiese culpable por algo es posible que realmente deba ser culpada por algo o que le debamos exigir más.
Por otro lado, quien se acostumbra a actuar siempre como un mártir termina creyéndose el pecado original, algo por lo que debe pagar eternamente independientemente de si ocurrió de verdad o no.
Entrenar la asertividad, es una tarea pendiente de muchos de nosotros, saber expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin que los demás se puedan sentir atacados, menospreciados o rechazados y aprender a respetarse a uno mismo es la única manera de vivir en equilibrio contigo y tu entorno y empezar a perder el miedo al qué dirán.
Las acciones y decisiones verdaderas, son honestos, son aquellas que se toman desde la libertad que da poder decir “No”, desde el corazón.
Contesta-te esta frase:
¿Dónde crees que puedes llegar intentando contentar a todo el mundo?
Piensa solo un instante… reflexiona si esta forma de actuar es contraria al respeto a ti mismo.
Has pensado que si intentas agradar a todo el mundo, querrás agradar también a aquellas personas que no comparten tus valores?
¿No prefieres vivir sin miedo al qué dirán?
Vivir de la apariencia, escondiendo lo que realmente somos por el miedo a lo que vayan a pensar los demás, es lo más contrario a lo que yo llamo libertad.
Sé que es difícil dejar de tener miedo al qué dirán, pero cuando decides empezar a dar los primeros pasitos,un sentimiento tan gratificante de libertad se apodera de ti, es como que de repente te sientes ligero, sin pesos ni mochilas con piedras, tu mente empieza a ser más creativa y tu energía empieza a brotar, te brilla la mirada, una sonrisa aparece en tu rostro y empiezas a atraer abundancia.
Tu libertad termina en el momento que antepones el hecho de contentar a otr@s.
LA BAJA AUTOESTIMA SUELE SER UNO DE LOS MOTIVOS PRINCIPALES DEL MIEDO AL QUÉ DIRÁN
Desde KōAN te dejamos 3 sencillos pasos para que empieces a dar los primeros pasitos hacia la libertad de aceptar ser quien eres y brillar!
PASO 1: El arte de encajar las distintas opiniones y entrenarte a decir lo que realmente piensas sin hacer daño.
Es muy sano que cada cual piense, opine y de su opinión. El arte de saber escuchar las opiniones desde el amor, te hace crecer.
Practica el arte de decir lo que piensas con amor y escuchar opiniones desde el corazón, no quieras imponer tu manera de pensar y acepta sin juzgar las diferentes maneras de pensar y actuar de cada persona.
PASO 2: ¡Cultiva tu autoestima!
A nadie nos gusta compartir momentos con una persona que está siempre bloqueada, triste, melancólica e indecisa. Al contrario, nos gustan las personas seguras de sí mismas, con ideas, planes, y criterio personal para mantener una buena conversación.
Así que para todo en la vida, es fundamental que tengas una autoestima fuerte y consistente.
El amor hacia ti te salvará de muchos miedos y fantasmas. Sentirte a gusto contigo, en paz, en equilibrio por que te respetas es la clave para conseguir y mantener una autoestima sólida.
PASO 3: ¡Aprende a expresar tu punto de vista!…desde el amor.
Con esto de no tener miedo al qué dirán y aprender a decir las cosas que piensas, no significa que tengas que imponer tus ideas porque si.
Ya sabes que lo fundamental es trabajar la asertividad. aprende a decir lo que quieres desde el corazón. dejate ver tal y como eres, ya verás cómo empezarás a sentirte bien por ello.
Los demás no tienen la culpa de que tú no hayas sabido hacerte valer, lo cierto es, que nadie tiene la culpa de esto.
¡Ni siquiera tú!
Piensa que simplemente no tenías las herramientas para afrontarlo de otra manera y que lo importante es que ¡por fin las tienes!
Ahora se trata de aprender a expresar lo que eres y lo que quieres, desde el amor.
Cómo ya hemos hablado en otros artículos, el miedo a avanzar en la vida, a no creer en ti, la baja autoestima, genera bloqueos normalmente en las caderas.
Aquí te dejamos algunas recomendaciones que te pueden ayudar a desbloquear esos miedos ocultos y empezar a avanzar!!
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